Parte de artículo publicado en Elsevier. DOI: 10.1016/j.opresp.2024.100311 el 29 de febrero 2024.
Los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) van pasando por diferentes etapas a lo largo de su enfermedad. Los profesionales de enfermería les acompañan durante este camino, adaptándose continuamente a sus necesidades y modulando la educación en cada momento. Su intervención incluye la prevención de la enfermedad, el diagnóstico, el seguimiento del paciente estable y la atención en las agudizaciones. De esta forma, traspasa las fronteras de la consulta o el hospital, llegando hasta el domicilio del paciente y el ámbito comunitario. También se extiende hasta el final de la vida, e incluso después de la muerte, en el acompañamiento al duelo.
Los profesionales de enfermería ocupan una posición privilegiada en esta tarea, dada su cercanía al paciente. Los objetivos de sus cuidados son prevenir la aparición de la enfermedad, colaborar en el diagnóstico precoz, ralentizar su progresión, disminuir el número de exacerbaciones y mejorar su pronóstico y la calidad de vida2. Además, ayudan a adaptar la vida diaria del paciente a los síntomas de su enfermedad, involucrando y dando soporte a su familia y a su entorno. Para conseguir todo esto, se valen de la educación terapéutica, un proceso educativo continuo que intenta facilitar al paciente y a sus familiares o personas cuidadoras las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) y el soporte necesario para integrar el tratamiento en su vida cotidiana. De este modo, la educación terapéutica es un tratamiento en sí mismo y, como tal, debe incluirse en cada parte del proceso.
En el documento «Criterio de derivación en EPOC. Continuidad de la atención», recientemente publicado, se incluye un capítulo específico sobre el papel de enfermería en el manejo de los pacientes con EPOC. Se trata de una guía práctica que ha sido elaborada por las principales sociedades científicas que atienden a los pacientes con esta enfermedad. Según se indica en la misma, las intervenciones y la educación sanitaria por parte de enfermería no deberían diferenciarse según el ámbito de asistencia, primaria u hospitalaria. Uno de los grandes retos es, precisamente, procurar que la atención sea complementaria, bidireccional y homogénea por los distintos ámbitos asistenciales por los que transita el paciente, con el objetivo final de satisfacer sus diferentes necesidades según el momento evolutivo, la complejidad asociada y su entorno.
Las actividades de promoción de la salud y prevención de la enfermedad conforman una parte muy importante del trabajo de los profesionales de enfermería. Para lograr la prevención primaria, eliminando los factores de riesgo, se requieren intervenciones legislativas, pero dichos profesionales también pueden realizar intervenciones sanitarias, como las siguientes:
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