El fumar es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas.
Las sustancias químicas que inhala al fumar dañan el corazón y los vasos sanguíneos, lo que aumenta la probabilidad de presentar aterosclerosis o acumulación de placa en las arterias.
Cualquier cantidad de cigarrillo, incluso el consumo ocasional, puede causar este daño al corazón y a los vasos sanguíneos. Fumar representa un riesgo aún mayor para algunas personas, especialmente para las mujeres que usan píldoras anticonceptivas y las personas con diabetes.
Si tiene otros factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como concentraciones no saludables de colesterol en la sangre, presión arterial alta, y sobrepeso u obesidad, fumar aumenta aún más el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
Fumar también aumenta su riesgo de arteriopatía periférica (enfermedad arterial periférica) (EAP). La EAP ocurre cuando la placa se acumula en las arterias que trasportan sangre a la cabeza, los órganos, los brazos y las piernas. Las personas que tienen EAP corren un mayor riesgo de presentar cardiopatía coronaria, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
El humo de segunda mano es el humo que se exhala cuando alguien fuma o el humo que sale de la punta encendida de un cigarrillo, cigarro, pipa u otro producto derivado del tabaco. Este puede dañar el corazón y los vasos sanguíneos de las personas que no fuman de la misma manera que fumar causa daños a las personas que sí lo hacen.
Cómo dejar de fumar y evitar el humo de segunda mano
Una de las mejores maneras de reducir el riesgo de enfermedades cardíacas es evitar el tabaquismo y el humo de segunda mano.
- Nunca empiece a fumar.
- Si ya fuma, deje de hacerlo. Independientemente de cuánto o por cuánto tiempo ha fumado, dejar de fumar lo beneficiará.
- Evite el humo de segunda mano. No vaya a lugares donde esté permitido fumar. Pida a sus amigos y familiares que fuman que no lo hagan ni en su casa ni en su automóvil.
Dejar de fumar reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y de morir a causa de ellas. Con el tiempo, dejar de fumar también reduce su riesgo de presentar aterosclerosis y coágulos sanguíneos.
Si fuma y ya tiene una enfermedad cardíaca, dejar de fumar reduce su riesgo de un paro cardíaco, ataques cardíacos y muerte por otras enfermedades crónicas.
No fumar es una parte importante de un estilo de vida saludable para el corazón, que también incluye una alimentación saludable, tratar de mantener un peso saludable, controlar el estrés y aumentar la actividad física.
Accede al artículo completo en https://www.nhlbi.nih.gov/es/salud/fumar-y-su-corazon