La contaminación del aire es un riesgo importante para nuestra salud y causa más de 6,5 millones de muertes en todo el mundo cada año. La contaminación del aire y el cambio climático están estrechamente relacionados.

La contaminación del aire contribuye al cambio climático y el cambio climático aumenta los riesgos de contaminación del aire. Las temperaturas más altas provocan un aumento del ozono troposférico. El ozono (O3) se encuentra en la atmósfera. Es posible que haya oído hablar de él como la capa de ozono, que nos protege del sol. A nivel del suelo, es peligroso para nuestra salud. Puede irritar nuestras vías respiratorias y provocar ataques de asma.

Las personas con asma , rinosinusitis, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) e infecciones del tracto respiratorio son las más propensas a sentir el impacto del cambio climático en su salud pulmonar.

Los gobiernos están empezando a tomar medidas: el Pacto Verde Europeo establece un plan para que la UE sea climáticamente neutra para 2050. Esto implicaría reducciones masivas en las emisiones de gases de efecto invernadero y conduciría a mejoras en la calidad del aire y la salud.

La Sociedad Respiratoria Europea (ERS) y la Fundación Pulmonar Europea (ELF) han respondido a la consulta lanzada por la Comisión Europea “Objetivo climático de la UE para 2040”, destacando los efectos del cambio climático en las personas con enfermedades respiratorias al proporcionar información para los objetivos climáticos de 2040.

El día 3 de Octubre tuvo lugar otra sesión de trabajo para concretar actuaciones comunes, entre otras:

• Alineación completa de la Directiva sobre calidad del aire ambiente (AAQD) con las Directrices de calidad del aire de la OMS de 2021;
• Promover la reducción de la huella de carbono generada por el sector salud;
• Garantizar la participación de los profesionales de la salud, proporcionándoles la información y los recursos pertinentes para ayudar a sus pacientes y convertirse en socios activos en los esfuerzos de mitigación del cambio climático;
• Apoyar una colaboración interdisciplinaria e interinstitucional entre una variedad de partes interesadas (es decir, profesionales de la salud, científicos, epidemiólogos, expertos en cambio climático, científicos atmosféricos, estadísticos, politólogos, formuladores de políticas, así como pacientes y defensores de los pacientes) para crear nuevos enfoques basados ​​en la evidencia científica existente.