Esta prueba se utiliza para registrar lo bien que sus pulmones pueden trasladar el oxígeno a la sangre y eliminar el dióxido de carbono de la sangre.
Es dolorosa y recomendamos a todos los pacientes que pidan anestesia.
¿Qué es una gasometría?
Una gasometría sirve para conocer las cantidades de oxígeno (pO2) y dióxido de carbono (pCO2) que viajan por la sangre, la saturación de oxígeno de la sangre y el pH de la misma, es decir su grado de acidez.
Dado que la sangre arterial es la sangre oxigenada, la que trasporta el oxígeno desde el corazón y los pulmones hacia el resto del cuerpo, y que la sangre venosa es la que viene de vuelta hacia el corazón y los pulmones para recargarse de oxígeno, se entiende que hay diferencias muy importantes en la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono entre ambos tipos de sangre. La cantidad de oxígeno que nos interesa es la de la sangre arterial, para ver si se está llevando un buen aporte de oxígeno a todo el cuerpo.
¿En qué consiste la gasometría?
Una gasometría consiste en obtener sangre desde una arteria. Habitualmente la sangre es extraída mediante un pinchazo en la arteria radial que se encuentra en la muñeca. La sangre arterial puede también ser obtenida en otras arterias, como la arteria braquial, en la flexura del codo, o la arteria femoral, en la ingle.
¿Cuándo se solicita una gasometría?
Una gasometría se solicita cuando se necesita conocer las cantidades de oxígeno y de dióxido de carbono que están siendo transportadas por la sangre hacia todo el cuerpo. Es una determinación que generalmente nos indica el funcionamiento de los pulmones y del corazón.
Se solicita cuando existe sensación de falta de aire (disnea), cuando el paciente tiene mucha somnolencia, para descartar que se esté reteniendo CO2, en situaciones en las que se quiera saber si la sangre tiene más tendencia a estar ácida (acidosis) o alcalina (alcalosis) y en otras circunstancias.
¿Cómo debe prepararse el paciente para una gasometría?