Está aquí: Inicio Actualidad El perfil social de los pacientes que son hospitalizados por agudización de EPOC es muy desfavorable, más en mujeres
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) será la tercera causa de mortalidad a nivel mundial en los próximos años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su prevalencia irá en aumento en las próximas décadas debido a que un importante número de fumadores continúan fumando y al envejecimiento poblacional, dos situaciones “especialmente relevantes en la mujer”, según destacan los autores del artículo.
Las agudizaciones de la EPOC (AEPOC) son acontecimientos frecuentes en la historia natural de esta enfermedad que llevan a muchos pacientes a precisar ingreso hospitalario, lo que tiene un importante impacto tanto para el paciente como para el sistema sanitario. Las características demográficas y clínicas de estos pacientes son bien conocidas, mientras que sus características sociales, tales como sus recursos disponibles, dependencia, discapacidad, riesgo social, fragilidad y autonomía, son menos conocidas.
“Conocer las características sociales, además de las demográficas y clínicas, de los pacientes con AEPOC graves y analizarlas en función del género nos va a permitir tener una visión de la que no disponemos en este momento y que es necesaria para diseñar programas de atención integral, más personalizados y eficientes. De ahí el interés del estudio que hemos llevado por primera vez en España en este tipo de pacientes”, ha destacado la Dra. Sara Fernández García, graduada en Trabajo social y doctora en Salud pública, primera firmante del estudio y miembro de SEPAR.
El estudio publicado ahora en Archivos de Bronconeumología ha buscado conocer mejor estas características sociales, además de las demográficas y clínicas de los pacientes ingresados por AEPOC grave en un servicio de neumología, a partir de una cohorte de SocioEPOC. Para ello, se ha reclutado a estos pacientes de forma consecutiva y prospectiva de un hospital de tercer nivel, con un área de referencia de 375.000 habitantes.
En total, ha incluido a 253 pacientes, el 58 (23%) de ellos, mujeres. La edad media de los pacientes incluidos ha sido de 70 años, la mayoría solo habían cursado estudios primarios y viven en un entorno rural. Solo cuatro residen en pensiones (1,5%) y dos (0,8%) en residencias.
Respecto a las características sociales, la mayor parte de estos pacientes son pensionistas, el 55,2% con ingresos mensuales inferiores a 800 euros, una quinta parte (21,4%) viven solos y una cuarta parte (24%) duermen solos, casi la mitad (el 46,2%) presenta alguna dependencia para realizar alguna actividad básica de la vida diaria (el 52,5% moderada y el 18,6% grave), el 90% para las actividades domésticas instrumentales, el 89% presenta fragilidad social y el 60% tiene algún riesgo o problema sociofamiliar.
Sin embargo, solo la mitad (el 49%) dispone de cuidador y, en el 83% de los casos, estos son informales y la mayoría (90,9%) son mujeres, que presentan alguna sobrecarga en el 69,2% de los casos. La mitad de los cuidadores son sus propios cónyuges y la otra mitad son hijas u otros familiares. A pesar de esta situación tan desfavorable, apenas una quinta parte (el 22,9%) había acudido a los servicios sociales. En cuanto a su situación respecto al hospital, la mayoría residen a menos de 20km y un tercio disponen de transporte propio.
Las mujeres que ingresan en un servicio de neumología por AEPOC son más jóvenes (de un promedio de 65,9 años frente a los 69,8 de los hombres), fuman más activamente (el 60,3% frente al 31,3%), aunque fuman menos paquetes de tabaco al año, su EPOC es de causa no tabáquica más frecuentemente, beben menos que los hombres y tienen menos grado de disnea y comorbilidades como enfermedades cardiovasculares, apnea del sueño.
Desde el punto de vista socioeconómico, disponen de menos recursos económicos (con ingresos de menos de 800 euros al mes el 74,5% de ellas frente al 50,5% de los hombres), así como menos ayuda (37,9 dispone de cuidador frente al 49,7% de los hombres) y su situación sociofamiliar es peor, ya que presentan más problemas o riesgo social en las áreas social y familiar del cuestionario de Gijón (uno de los utilizados en el estudio), con una puntuación promedio de 11,5 frente al 10,6 de los hombres.
“En conjunto, hemos visto que las mujeres disponen de menos recursos, menos ayuda y trabajan más activamente, aunque un porcentaje mayor no recibe ningún tipo de pensión, sueldo o paga contributiva”, recalca la Dra. Fernández García. En concreto son menos dependientes para algunas actividades instrumentales domésticas, aunque también para el control de la medicación, compras y gestión económica, y en las actividades básicas, para las relacionadas con la movilidad.
El estudio también ha revelado que las mujeres viven solas con mayor frecuencia (37,9% frente al 16,5% de los hombres), que también duermen solas con mayor frecuencia (41,4% frente al 20% de los hombres) y que tienen menos cuidadores informales que los varones (59.1% frente al 88,7% de los hombres); además, los cuidadores que tienen son menos frecuentemente mujeres (69,2% frente al 94,2% en los varones) y, en menor proporción, sus propias parejas o cónyuges (23,1% frente al 53,5% en el caso de los hombres).
Otras características generales de la muestra estudiada son que la mayor parte de los pacientes con AEPOC tienen sobrepeso u obesidad, EPOC funcionalmente grave y disnea en situación estable. La principal causa de la EPOC es el tabaquismo, casi el 40% sigue fumando activamente y una quinta parte bebía alcohol de forma excesiva. Menos del 10% son usuarios de drogas -la mayoría en estos casos estaban en programas de metadona- y solo 6 consumen de forma frecuente otros tóxicos, como heroína o cocaína. Algo más de la mitad tienen comorbilidades cardiovasculares, la mitad ansiedad o depresión, y entre una cuarta y una quinta parte, diabetes, apnea del sueño o anemia leve. El 40% reciben oxigenoterapia domiciliaria y el 15%, ventilación no invasiva.
“La EPOC provoca limitaciones físicas y psíquicas progresivas que dificultan la realización de las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria y determinan la necesidad de ayuda en tareas vitales, lo que puede deteriorar las relaciones sociales. Por ello, es probable que el beneficio que puede obtenerse con su equilibrio pueda ser tan importante para el paciente
como la mejora en su función pulmonar”, afirman los investigadores del estudio.
“Por ello, las implicaciones de este estudio son importantes de cara al futuro. De un lado para elaborar planes de atención integrales, personalizados y eficientes para estos pacientes y, de otro lado, porque la fragilidad social también podría ayudar a predecir eventos como reingresos y mortalidad, que actualmente no es posible hacer con una fiabilidad adecuada únicamente con factores demográficos y clínicos”, subraya la Dra. Fernández García y añade: “a partir de este estudio, varios centros hospitalarios gallegos están llevando a cabo un estudio mucho más amplio financiado por el Instituto de Salud Carlos III que busca validar una escala de predicción de estos eventos que incluya variables clínicas y sociales.”
SEPAR NP-Perfil social de pacientes con agudización de EPOC (3 mar 21).pdf