El corazón y los pulmones forman una unidad perfectamente interconectada en nuestro cuerpo. Por esta sencilla razón, si uno de estos órganos sufre una dolencia, puede acabar afectando al otro a medio o largo plazo. En este artículo explicamos cuáles son las enfermedades cardíacas que afectan al sistema respiratorio y viceversa: qué problemas pulmonares pueden tener impacto en el corazón.
Los pulmones se encargan de captar el oxígeno del aire cuando inhalamos y también de eliminar el dióxido de carbono al exhalar. El oxígeno pasa a la sangre y el corazón, con su bombeo, lo distribuye por todo nuestro organismo a través del flujo constante de la sangre. Es el acto de la circulación.
Las enfermedades respiratorias, ya sean de carácter agudo o crónico, pueden producir una disfunción del corazón, sobre todo de la zona encargada de recibir la sangre del resto del cuerpo y bombearla hacia los pulmones. La parte izquierda, en paralelo, hace lo contrario: recibe la sangre que viene de los pulmones y la bombea para repartirla al resto del cuerpo.
Esta actividad provoca un aumento de la resistencia en los vasos sanguíneos a nivel pulmonar que se conoce con el nombre de hipertensión arterial pulmonar (HAP), que se define por una presión media en la arteria pulmonar de 25 mmHg en reposo y de 30 mmHg con ejercicio. Es decir, se manifiesta una presión arterial más alta de lo normal en las arterias de los pulmones que hace que el lado derecho del corazón se esfuerce más de lo que debería.
La presión normal en las arterias pulmonares (presión arterial pulmonar) es de 20 mmHg (presión sistólica), 12-16 mmHg (presión diastólica) y 14-16 mmHg (presión media).
Los síntomas clásicos de la insuficiencia cardiaca de la zona derecha son:
La hipertensión arterial pulmonar puede producir varias enfermedades respiratorias derivadas de las alteraciones del centro respiratorio, situado en la parte inferior del cerebro y que controla la respiración. Por ejemplo, la hipoventilación (disminución del número de respiraciones por minuto), enfermedades de la vía aérea, enfermedades del parénquima pulmonar (tejido encargado del intercambio gaseoso) y enfermedades de la pared torácica. La dolencia más común, sin embargo, es la hipoxia alveolar, es decir, la falta de oxígeno en los alveolos, lo que motiva que nuestros niveles de oxígeno en sangre sean menores.
Por otra parte, las enfermedades cardiacas que pueden afectar a nuestro pulmón se dividen en dos grupos:
Teniendo en cuenta esta compleja interrelación entre corazón y pulmón, podrían anticiparse dos escenarios distintos. Por un lado, las enfermedades cardiacas pueden dar lugar a hipertensión pulmonar, que afecta de forma directa al corazón. Por el otro, las enfermedades respiratorias dañan el corazón, produciendo cambios que pueden derivar en una insuficiencia respiratoria.
En conclusión, el síndrome de hipertensión pulmonar representa el principal modelo de interacción patológica entre enfermedades respiratorias y corazón. Si tienes dudas o necesitas información sobre salud respiratoria, puedes contactar sin coste con el equipo profesional de la Fundación Lovexair o registrarte gratuitamente en la plataforma HappyAir.org.
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