La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una patología que requiere de un seguimiento muy estrecho del profesional sanitario, con el objetivo de que el paciente no pierda calidad de vida.
Sin embargo, en estos dos años marcados por la pandemia de Covid-19, los pacientes de EPOC han visto su vida habitual aún más afectada. Al ser personas especialmente vulnerables, han extremado las medidas de precaución, lo que ha comportado mayor sedentarismo con importantes consecuencias negativas para su salud.
De acuerdo con la última encuesta impulsada por la sociedad científica NEUMOMADRID y APEPOC (Asociación de Pacientes con EPOC), “hasta un 73,3% de los pacientes indica que su EPOC había empeorado, con agravamiento en la dificultad respiratoria, en un 62%”, explica Nicole Hass, portavoz de APEPOC.
Coincidiendo con el Día Mundial de la EPOC, se intenta revertir esta situación. En este sentido, Boehringer Ingelheim lanza la campaña de divulgación social “Actituders ante la EPOC”, con el objetivo de empoderar al paciente con espíritu positivo para que recupere la ilusión una vez que ha pasado lo peor de la pandemia, por volver a realizar aquellas actividades cotidianas que han dejado de hacer como consecuencia de la Covid-19.
“Sabemos muy bien que recuperar la actividad física no es nada fácil y que los meses de inactividad pasan factura; pero es vital obligarse a hacerlo”, explica Mariano Pastor, presidente de Fenaer (Federación Española de Asociaciones de pacientes alérgicos y con Enfermedades Respiratorias).
Si algo caracteriza a patologías como la EPOC es que cuanto menos ejercicio se hace, menos se puede hacer. Es un círculo vicioso que cuesta mucho romper.
Así, mantener una vida activa es de vital importancia para romper esas dinámicas negativas y mejorar la calidad de vida del paciente, evitar la progresión de la EPOC y alejar el riesgo de sufrir otras enfermedades asociadas.
El ejercicio regular y adaptado a las condiciones particulares de cada uno tiene entre sus beneficios: