La adherencia terapéutica o cumplimiento ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “el grado en que la conducta de un paciente, en relación a la toma de medicación, el seguimiento de una dieta o la modificación en los hábitos de vida, se ajusta a las recomendaciones acordadas con el profesional sanitario”.
Sin embargo, su falta suele ser habitual en la práctica totalidad de las enfermedades crónicas. Pero, ¿por qué el paciente no cumple?
Hay muchos factores relacionados con el paciente, teniendo en cuenta que cada persona tiene unas circunstancias especiales que influyen directamente en la adherencia. La mayoría incide en la falta de conocimiento acerca de su condición y sus medicamentos; pobre comunicación entre el paciente y sus profesionales de salud; falta de motivación y/o compromiso con la condición de salud (olvidar tomar medicamentos, faltar a citas médicas, perspectiva de no necesitar la medicación, falta de comunicación con el médico, etc.).
Destaca la importancia del soporte familiar y/o social del paciente. Aquellos pacientes que cuentan con un buen soporte emocional de su entorno o forman parte de una familia cohesionada tienen una mejor adherencia al tratamiento.
Asimismo, el coste del tratamiento, la falta de cobertura sanitaria, pertenecer a una clase social baja o tener problemas económicos, en general, han sido descritos como factores negativos para la adherencia terapéutica.
Y uno de los factores más influyentes dentro de esta categoría es la relación profesional sanitario-paciente. Una comunicación deficiente entre ambas partes, falta de confianza, insatisfacción con: la atención recibida, información insuficiente acerca de su tratamiento y/o patología, etc. pueden influir negativamente en la adherencia al tratamiento.
Alrededor del 54 % de los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) no son adherentes. “Nuestros pacientes no son adherentes, no entienden el concepto de ‘adherencia’ y prefieren utilizar el de ‘cumplimento terapéutico’, reconoce Nicole Hass, la portavoz de la asociación de pacientes con EPOC (APEPOC).
Sin embargo, Hass señala que el término adherencia, que inicialmente se refirió únicamente al seguimiento de un régimen terapéutico por parte del paciente, “ha evolucionado para reflejar también un cambio en la percepción del papel del paciente en su propia salud, concibiéndolo como el seguimiento activo y adaptación a la terapéutica, tal y como aseguran diferentes estudios. Hoy sabemos, por ejemplo, que el ejercicio y la exposición a un medio ambiente con menos contaminación del aire son de máxima relevancia. Pero también otros componentes no farmacológicos como la nutrición son clave”.
Ante una enfermedad como la EPOC, la adherencia terapéutica es fundamental. Y pensando en estrategias para mejorar la adherencia al tratamiento, la cuestión no es tan difícil. Hay que:
“Deberíamos incorporar de forma rutinaria cuestionarios para comprobar la adherencia del paciente a tratamientos”, comenta la neumóloga Pilar Lucas, la ex presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).“Cualquier profesional en contacto con el paciente debe preguntar, eso es básico, y creo que se hace. El paciente suele contestar que sí, a veces porque es cierto, aunque a veces no siempre su respuesta se ajusta a la realidad. Y no es suficiente preguntar, sobre todo cuando las cosas no van bien. Hay que preguntar de forma específica. Tenemos cuestionarios específicamente dirigidos a la valoración de los tratamientos, y funcionan. En mi caso, como neumóloga, hay un cuestionario validado, diseñado para pacientes con asma o con EPOC”, confiesa.
Cómo lograr que el paciente crónico sea adherente | Consumer