Está aquí: Inicio Actualidad Las enfermedades crónicas aumentan las posibilidades de pasar las fiestas en soledad
La Encuesta Nacional de Salud (ENS) muestra que el 89,5 % de las personas con 65 años o más tiene alguna enfermedad o problema de salud crónicos y que esta cifra se incrementa conforme aumenta la edad, llegando hasta el 96,5 % para los mayores de 85 años.
A su vez, los estudios indican que la prevalencia de un cuadro de ansiedad o depresión se sitúa en el 23 % si se padece una enfermedad crónica, y que puede llegar hasta el 41 % si se vive con cinco o más patologías crónicas.
El diagnóstico de una patología crónica se vive como si se nos cayera el mundo encima, es como un duelo. Se puede perder la autoestima, el futuro previsto hasta ese momento, sufrir desesperación, enfado con uno mismo o con la familia, aislamiento, apatía y rumiación del proceso hasta llegar a la aceptación de esa nueva realidad.
Todo esto puede conducir a un problema añadido, «a una enfermedad mental», comenta el doctor Isidoro Rivera. Este médico de atención primaria es uno de los responsables de Pacientes Semergen, pero también padece EPOC y es coordinador de la Asociación Nacional de Pacientes con EPOC (APEPOC).
El ‘Estudio del impacto de la discapacidad o la enfermedad crónica en las personas mayores y sus familias‘, elaborado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) determina que las principales fuentes de apoyo emocional y social de los pacientes, especialmente de los mayores, son la familia, así como las amistades y las organizaciones de pacientes.
Asimismo, este informe refleja que la duración de la enfermedad, el déficit de recursos sociosanitarios, la estigmatización social de determinados problemas de salud, el género y la situación de soledad de los pacientes crónicos son algunos de los factores que más afectan en su impacto emocional.
Este es el caso de muchos de nuestros pacientes con EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Nuestros pacientes más vulnerables, los que necesitan estar enchufados a un dispositivo prescrito médicamente durante 15 horas para poder respirar, no pueden más con la indiferencia de los representantes políticos y sociales.
Las consecuencias de la subida del precio de la luz han tenido un enorme impacto en la economía de los pacientes electrodependientes sanitarios más vulnerables, como es el caso de las personas con EPOC y con ELA (esclerosis lateral amiotrófica).
Además, hay que contemplar el posible gasto de la calefacción, inasumible para la mayoría de nuestros pacientes, que pasan estas fiestas envueltos en mantas.
A pesar de todo, y aunque los precios estén por las nubes, desde aquí queremos lanzarles un mensaje de ánimo y algunas recomendaciones:
En definitiva, buscar el disfrute del pequeño detalle (no costoso), que nos pueda sacar alguna sensación de bienestar y relajación.
https://www.consumer.es/salud/enfermedades-cronicas-fiestas-soledad