Está demostrado que existe una importante vinculación entre la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y la alimentación, ya que esta última influye en el mantenimiento de una buena calidad de vida para el paciente. Una alimentación poco adecuada, tanto por exceso, obesidad y sobrepeso, como por defecto, desnutrición, influye notable y negativamente en la evolución de esta patología.
Si bien hace relativamente poco, se creía que la EPOC era un proceso con implicaciones exclusivamente respiratorias, hoy en día, sabemos que es un cuadro sistémico con afectación de numerosos órganos y sistemas, además del aparato respiratorio propiamente dicho. En este sentido, diferentes estudios han demostrado que el estado nutricional del paciente, incide sobre la evolución y el pronóstico de la enfermedad.
Un estado nutricional óptimo es crucial en esta patología, ya que la desnutrición afecta a la función respiratoria (en la eliminación de dióxido de carbono y la ganancia de oxígeno) y al mismo tiempo, los músculos respiratorios y el parénquima pulmonar también se ven afectados, cuando hay un déficit nutricional lo que se traduce en un peor pronóstico de la EPOC. Pero además, de manera general, los individuos con EPOC presentan un alto riesgo de desnutrición, lo cual puede deberse a diversos factores: incremento en las necesidades energéticas (estos pacientes tienen unos requerimientos energéticos respecto a la población general sana), disminución de la ingesta y desequilibrio entre la síntesis y la degradación proteica, entre otros factores.
Pero también el exceso de peso en estos pacientes, ha demostrado que disminuye la capacidad respiratoria, lo que agrava la evolución de esta patología.
Por otro lado, en la guía de Práctica Clínica para el Diagnóstico y Tratamiento de Pacientes con EPOC, indica claramente en las medidas que hay que tener en cuenta en todo paciente con EPOC comprenden el abandono del tabaco, la adecuada nutrición, la actividad física regular, la evaluación y tratamiento de las comorbilidades y la vacunación. También indica que en las visitas rutinarias de pacientes EPOC estables, hay que hacer una valoración del estado nutricional completa.
Pero además, en esta Guía, los expertos definen que uno de los componentes de un programa de rehabilitación pulmonar completo e integrado es el asesoramiento nutricional, destacando la importancia que los buenos hábitos alimentarios tienen en la rehabilitación.
Y no solo eso, sino que en esta Guía, también se destaca, en un apartado específico, la importancia de la nutrición, estableciendo:
- El mantenimiento de un estado nutricional óptimo en los pacientes con enfermedades respiratorias es crucial.
- La malnutrición produce una situación de riesgo y tiene efectos negativos en la evolución de la enfermedad, acompañándose de mayor morbimortalidad.
- En la repercusión de la desnutrición sobre el aparato respiratorio se ven afectados la musculatura respiratoria, el parénquima pulmonar y el sistema inmunitario.
- La valoración del estado nutricional del paciente se convierte en una necesidad para poder detectar de forma temprana a los sujetos con mayor riesgo de desnutrición y establecer el grado de soporte nutricional que se va a aplicar.
- La valoración de estos pacientes debe incluir: estudio dietético, antropométrico (peso, talla, índice de masa corporal, pliegue cutáneo), estudio hematológico, bioquímico e inmunológico. Técnicas como la bioimpedancia eléctrica son muy útiles para conocer la composición corporal.
- En pacientes con déficit nutricional se pueden seguir estrategias específicas.
- La obesidad es otro aspecto importante y cada vez más frecuente en la EPOC. Puede limitar la capacidad de ejercicio, producir restricción respiratoria y agravar la disnea. En estos casos es esencial el consejo dietético.
Por todo ello, en base a las recomendaciones recogidas en las Guías Clínicas de referencia, y la evidencia actual, incluir el asesoramiento nutricional como parte del abordaje multidisciplinar en pacientes con EPOC, es clave para contribuir a mejorar la evolución y pronóstico de la patología así como la calidad de vida.
Dra. Paula Crespo, Asesora médica APEPOC.