A medida que el mundo se calienta y aumenta la población, nuestros motores continúan emitiendo emisiones sucias, y la mitad del mundo no tiene acceso a combustibles o tecnologías limpios (por ejemplo, estufas y lámparas). El mismo aire que respiramos se está volviendo peligrosamente contaminado: nueve de cada diez personas están respirando ahora aire contaminado, el cual mata a 7 millones de personas cada año.
Los efectos de la contaminación del aire sobre la salud son graves: un tercio de las muertes por accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y cardiopatías se deben a la contaminación del aire. Se trata de un efecto equivalente al de fumar tabaco y es mucho más grave que, por ejemplo, los efectos de ingerir demasiada sal.
Es difícil escapar a la contaminación del aire, independientemente de cuán rica sea la zona en la que viva. Está a nuestro alrededor. Los contaminantes microscópicos del aire pueden sobrepasar las defensas de nuestro cuerpo y penetrar profundamente en nuestro sistema respiratorio y circulatorio, lo que daña nuestros pulmones, corazón y cerebro.
La falta de contaminación atmosférica visible no es una indicación de que el aire sea saludable. En las ciudades y pueblos de todo el mundo, los contaminantes tóxicos superan los valores anuales promedio recomendados en las directrices de la OMS sobre la calidad del aire. Para ayudar a las personas a comprender mejor lo contaminado que está el aire en el lugar donde viven, la campaña BreatheLife de la OMS, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Coalición Clima y Aire Limpio ha desarrollado un medidor en línea de la contaminación.
Mientras que las partículas con un diámetro de 10 micras o menos, (≤ PM10) pueden penetrar y alojarse en los pulmones, las partículas que son todavía más dañinas para la salud son aquellas con un diámetro de 2,5 micras o menos, (≤ PM2.5). Estas partículas son tan pequeñas que 60 de ellas forman el ancho de un cabello humano.
Las PM2.5 puede penetrar la barrera pulmonar y entrar en el torrente sanguíneo. Pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y respiratorias, así como de cáncer de pulmón.
El ozono es uno de los principales factores que causan asma (o la empeora), y el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre también pueden causar asma, síntomas bronquiales, inflamación pulmonar e insuficiencia pulmonar.
¿Cuán contaminado puede estar el aire antes de que empiece a afectar a nuestra salud? Con respecto a las PM2,5, las directrices de la OMS establecen que el nivel máximo de seguridad es una concentración media anual de 10 μg/m3 o menos. Para alentar a las ciudades a reducir la contaminación del aire, incluso si no pueden alcanzar los niveles ideales de seguridad, la OMS ha establecido tres metas intermedias: 15 μg/m3 (meta intermedia 3), 25 μg/m3 (meta intermedia 2), 35 μg/m3 (meta intermedia 1). Muchas ciudades superan actualmente el nivel más alto representado por la meta intermedia 1
Accede al artículo completo en https://www.who.int/es/news-room/spotlight/how-air-pollution-is-destroying-our-health