Los síntomas de la EPOC son dificultades respiratorias y tos crónica, con o sin flemas. Con el paso del tiempo, también pueden aparecer fatiga, anorexia y pérdida de peso. Una característica clave de esta enfermedad son los periodos de agravamiento de los síntomas, conocidos como exacerbaciones.
Pueden dispararse por infecciones o exposición a altas cantidades de contaminación en el aire. Los síntomas de la EPOC empeoran con el tiempo y las exacerbaciones pueden acelerar el deterioro.
Las personas con EPOC sufren con frecuencia otras enfermedades, conocidas como comorbilidades. Estas enfermedades pueden compartir factores de riesgo similares, como el consumo de tabaco y, con frecuencia, contribuyen a la gravedad de la enfermedad.
Las enfermedades más comunes que acompañan a la EPOC incluyen problemas cardíacos, ansiedad y depresión, osteoporosis, reflujo gastroesofágico, disfunción oseomuscular, anemia, cáncer de pulmón, diabetes y síndrome metabólico.
La EPOC está causada por factores que producen la inflamación de los pulmones. Incluyen:
Es el principal factor de riesgo para la EPOC. Aproximadamente el 40-50% de las personas que fuman durante toda su vida desarrollarán EPOC, frente al 10% de los no fumadores. No todos los fumadores desarrollarán esta enfermedad, lo que sugiere que los factores genéticos también influyen en que unas personas sean más susceptibles que otras.
Alrededor del 15-20 % de los casos de EPOC se asocian a la exposición al polvo, productos químicos, vapores u otros contaminantes en el aire en el lugar de trabajo que pueden causar la EPOC. (Enlace a sección de enfermedades pulmonares ocupacionales).
Las personas con EPOC corren un alto riesgo de empeoramiento de los síntomas en presencia de altos niveles de contaminación en el aire. La contaminación del aire interior causada por la utilización de combustibles de biomasa para cocinar y calefacción también supone un factor de riesgo para el desarrollo de la EPOC.
Las investigaciones han demostrado que el riesgo de desarrollo de la EPOC está asociado con niveles económicos y de educación más bajos. Los expertos creen que se debe a factores como la nutrición, superpoblación y contaminación del aire.
Las infecciones pulmonares en las primeras etapas de la vida y las madres fumadoras son factores de riesgo importantes para la EPOC.
La configuración genética de una persona puede hacerla más susceptible al desarrollo de la EPOC. El problema genético más investigado en relación con la EPOC es una enfermedad denominada déficit de alfa-1 antitripsina; un problema heredado y por el cual a una persona le falta una proteína conocida como alfa-1 antitripsina.
La identificación de los factores y la prevención de la exposición a esos factores son el paso más importante para prevenir la enfermedad. Esto incluye: