La llevamos pegada en la cara, apoyada en nuestra nariz y barbilla, hablamos con ella puesta, respiramos a través de ella. La acumulación de bacterias en su tejido es, cada segundo que pasa, más grande y si, en lugar de las 4 horas de vida útil de una mascarilla higiénica, la reutilizamos de forma indefinida, esas bacterias se pueden convertir en un verdadero problema para nuestra salud.
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